Tras la revisión de la información consultada podemos resumir que ante una extracción sanguínea, en general, se deberían completar 12 horas de ayuno, aunque para la determinación del perfil lipídico parece ser no necesaria esta recomendación.
La elaboración de la respuesta, se ha basado en las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Fase Preanalítica (WG-PRE) de la Federación Europea de Química Clínica y Medicina de Laboratorio (EFLM) que se elaboraron en 2014 para las prácticas de rutina del laboratorio, y que posteriormente se actualizaron en 2018(1). Las principales propuestas de este grupo de trabajo son:
- Tomar las muestras sanguíneas entre las 7-9 a.m.
- Tiempo de ayuno: 12 horas
- El consumo de agua durante el ayuno está permitido.
- No consumir alcohol 24 horas antes de la extracción de sangre
- La mañana en la que se obtiene la muestra de sangre no fumar ni tomar bebidas que contengan cafeína.
Este grupo de trabajo, alienta a las asociaciones profesionales y laboratorios de todo el mundo a adoptar, implementar y difundir la recomendación EFLM WG-PRE para la definición de ayuno.También indican que no se deben tomar muestras de sangre para pruebas de rutina si un paciente no ha sido preparado adecuadamente para la recolección de muestras.
Se ha localizado un estudio cuasiexperimental (2) que se realizó con 33 adultos voluntarios, en el que se realizó el recuento de componentes sanguíneos (RCS) en sangre capilar tras el ayuno de doce horas y tras 1 ó 2 horas tras ingesta alimenticia. Los autores concluyen que el consumo de alimentos afecta los resultados del RCS y que para garantizar la consistencia, calidad y repetibilidad del análisis de RCS, la sangre se debería extraer sangre en ayunas.
Sin embargo, cuando se trata de la determinación del perfil lipídico, se ha localizado un estudio transversal (3), que fue realizado con 2.713 niños sanos de edad comprendida entre 0 y 6 años. El tiempo de ayuno varió de 0 a 5 horas (percentiles 1 y 99). La duración del ayuno no se asoció significativamente con el colesterol total (β = 0,006; P = 0,629), lipoproteína de alta densidad (HDL) (β = 0,002; P = 0,708), lipoproteína de baja densidad (LDL) (β = 0,0013; P =0, 240),o triglicéridos (β = -0,016; P = 0,084) ajustados por edad, sexo, índice de masa corporal, etnia materna y tiempo de extracción de sangre. La evaluación de glucosa, insulina y homeostasis de la resistencia a la insulina se asoció significativamente con la duración del ayuno, y el cambio porcentual promedio entre 0 y 5 horas fue -7,2%, -67,1% y -69,9%, respectivamente. El efecto del ayuno sobre los resultados de las pruebas de lípidos o metabólicos no difirió según la edad o el sexo; el HDL y los triglicéridos pueden diferir según el estado de peso. Para los autores, en esta cohorte de niños pequeños sanos, se encuentra poca evidencia para apoyar la necesidad de ayunar antes de medir los lípidos. El efecto del ayuno sobre la glucosa fue pequeño y puede no ser clínicamente importante.
Una revisión narrativa, que reúne estudios realizados con adultos(4), refiere que antes de 2009, esencialmente todas las sociedades, pautas y declaraciones requerían ayuno antes de medir un perfil lipídico para la predicción del riesgo cardiovascular. Sin embargo, los lípidos y las lipoproteínas solo cambian mínimamente en respuesta a la ingesta normal de alimentos: en cuatro grandes estudios prospectivos, los cambios medios máximos fueron de +0,3 mmol / L (26 mg / dL) para los triglicéridos, -0,2 mmol / L (8 mg / dL) para el colesterol total, -0,2 mmol / L (8 mg / dL) para el colesterol LDL, y -0,1 mmol / L (4 mg / dL) para el colesterol HDL. Según concluyen los autores, hasta la fecha, no hay evidencia científica sólida de por qué el ayuno debería ser superior al no ayuno al evaluar un perfil de lípidos para la predicción del riesgo cardiovascular. De hecho, las muestras obtenidas sin ayunar en lugar de las muestras tomadas en ayunas tienen muchas ventajas obvias. Primero, simplificaría el trabajo en el laboratorio. En segundo lugar, beneficiaría al paciente, evitando las molestias del ayuno y, por lo tanto, la extracción de sangre a primera hora de la mañana y en tercer lugar, para las personas con diabetes, se minimizaría el riesgo de hipoglucemia debido al ayuno. Dicen también los autores que muchos países están cambiando sus directrices hacia un consenso sobre la medición de un perfil de lípidos para la predicción del riesgo cardiovascular sin ayuno, simplificando la determinación en sangre para pacientes, laboratorios y sanitarios de todo el mundo.